PROCEDIMIENTO DE LA PRÁCTICA:
El primer paso será la confección de la cubeta individual, con la que el odontólogo tomará una impresión mucho más detallada en silicona. En nuestro caso, la cubeta que diseñaremos será abierta, ya que es mucho más precisa.
Para ello, sobre el modelo en escayola tipo III, colocaremos dos capas de cera para aliviar la superficie, y que, posteriormente pueda entrar con facilidad el material de impresión.
A continuación, sobre la cera rosa, colocaremos una plancha de resina fotopolimerizable, dándole la forma adecuada con ayuda de un bisturí, liberando los frenillos y otras zonas de tejido blando que puedan ser conflictivas.
Con el material sobrante confeccionaremos el mango de la cubeta. Este debe tener una angulación aproximada de 45 ºC para proporcionar mayor comodidad al paciente y al clínico al introducirla en la boca.
Una vez diseñada de la forma deseada la introduciremos en la máquina fotopolimerizable por un periodo de 15 minutos. Transcurrido ese tiempo, la separamos del modelo, eliminamos la cera y procedemos al fresado y preparado de la estructura polimerizada.
En primer lugar, con ayuda de una fresa de tungsteno, eliminamos todas las posibles rebabas que hayan podido quedar. A continuación, con la fresa de fisura, aliviamos los frenillos, y, por último, con una fresa de fisura, iremos realizando unas pequeñas perforaciones por toda la superficie de la cubeta que servirán para eliminar el exceso de material durante la impresión y favorecer la adherencia del mismo a la boca del paciente (Produce un efecto ventosa).
Por último, realizaremos una perforación más grande en la zona en la que irá ubicado el implante, con el tamaño suficiente para que pueda entrar el transfer y quedar fijo en la silicona.
La principal diferencia entre este tipo de cubetas y las cerradas, es que en el caso de las cerradas, no realizaríamos esa perforación ya que el transfer viene suelto, junto con el tornillo.
